“Transporte El Pampero” es una de las empresas más tradicionales de la provincia. De la mano de los Andrade acumula 75 años de recorrer caminos y hoy, en su tercera generación, da empleo directo a 100 personas no solo en Santa Rosa sino en otros puntos de la provincia y el país.
Felisa entra a la oficina y pregunta si puede llevarse el equipo de mate. Lo quiere dejar impecable antes de irse al mediodía porque se cumplió su horario y a pura sonrisa afirma: “Tengo 84 años pero llevo tanto tiempo acá y me gusta tanto que hasta donde pueda, voy a venir”. El fotógrafo pide si gran parte del personal se puede reunir para una imagen colectiva y todos se acercan entre chistes y risas mientras los hermanos se prestan para la instantánea junto a ese Ford T que luce como reliquia en el ingreso a la planta. Y aunque el ruido exterior de los camiones, las cargas y descargas y el ambiente en general provoque ruido pesado, lo que se transmite desde adentro es bienestar. Y en una empresa con decenas y decenas de empleados no es un dato menor. Como tampoco lo es que ya tiene 75 años recorriendo rutas y caminos. Es El Pampero, una firma pionera que va por su tercera generación familiar.
“Creo que es uno de nuestros puntos fuertes, tener una relación horizontal con los empleados, cada uno sabe lo que tiene que hacer y si hay alguna necesidad o problema se aborda directamente. Y eso después se refleja en el trabajo diario y en el trato con el cliente, que es lo primordial y por eso nosotros le prestamos tanta atención. A lo largo de tanto tiempo es mucha la gente que se jubiló trabajando acá y este sábado hacemos un asado porque uno de los choferes se jubila”, cuenta Jorge al anticipar la comida que compartirán hoy mismo, que a la vez servirá para celebrar el Día del Trabajo de mañana.
Jorge tiene 54 años, es ingeniero civil y está a cargo del área operativa. Alejandro tiene 47, es abogado y está a cargo del área administrativa. Ambos viven en Santa Rosa y son los responsables de esa empresa de transporte que ya llegó a los 75 años de vida. El otro componente de los Andrade que sigue con la ruta familiar de la firma es Diego (56), que no vive en Santa Rosa pero que desde su profesión como contador cumple con un rol comercial dentro de El Pampero.
“Nuestro abuelo Diego era de la zona de Tres Lomas (provincia de Buenos Aires) y hacía fletes y viajaba muy seguido a La Pampa, así que en el ’47 decide instalarse en Santa Rosa y ahí comienza con El Pampero. En realidad ya teníamos un antecedente porque el bisabuelo Diego Cerezo tenía un camión y también hacía viajes, así que ya veníamos de esa historia anterior”, recuerda Jorge en la enorme planta que la firma tiene en el Parque Industrial santarroseño.
“En el comienzo hacían viajes de Santa Rosa a Buenos Aires, por supuesto que en ese tiempo era todo muy diferente, si lograban cruzar el medanal con los camiones iban bien, pero los viajes podían llegar a durar una semana. Al poco tiempo sumaron los viajes a 25 de Mayo con la particularidad de que el camión tenía una caja refrigerada, así que llevaban leche desde la Cooperativa con cajas con cubos de hielo para mantener el frío. Esos viajes, si llovía, podían durar hasta dos días, era toda una aventura”, añade Alejandro.
Diego Francisco, padre de los hermanos, fue quien siguió con la empresa cuando el fundador le dejó el legado y, desde entonces, El Pampero nunca dejó de crecer y expandirse.
“Nuestro padre falleció en 2004 y ahí quedamos nosotros tres como socios junto a mamá, Alicia, que es accionista de la Empresa. Es un trabajo que está bien diferenciado en cuanto a las responsabilidades de cada uno y eso nos permite hacerlo de la mejor manera, porque acá es clave la comunicación y estar atentos a todo lo que representa la firma”, destaca Jorge.
Servicios Logísticos.
El Pampero tiene hoy una sucursal en General Pico además de oficinas en 25 de Mayo, Bahía Blanca, Buenos Aires y Córdoba. Realiza viajes diarios a Capital Federal y dispone de una red de envíos y cargas desde distintos puntos del país. Y desde hace 25 años generaron una firma extra, Servicios Logísticos, que como su nombre lo indica se encarga de todo el trabajo relacionado a una carga o encomienda.
“Por un lado tenemos todo lo que representa el transporte de mercadería que es El Pampero y lo otro, Servicios Logísticos, es todo lo que el cliente necesita: almacenamiento, distribución, seguimiento. Es una logística integrada que va mucho más allá de traer o llevar un paquete. Y a eso sumamos la digitalización que hoy es fundamental”, resaltan los Andrade.
“Hoy el cliente necesita, y te demanda, el seguimiento al instante de su mercadería. A qué hora se despachó, por dónde está, qué ruta sigue, a qué hora llega. Es un servicio que requiere ser personalizado y así lo asumimos”, aporta Mariano Contreras que se desempeña en la atención comercial.
En 2002, El Pampero firmó un contrato con YPF “para ser operadores en todo lo que es lubricantes y en 2004 hicieron reconocimientos a los distintos proveedores y a nosotros nos eligieron los mejores del país. Eso fue algo que nos impulsó y nos ayudó a competir y a sumar calidad y servicio respecto a las demás empresas del rubro. Con YPF crecimos mucho porque tenemos toda la operatoria de la zona de buques en Bahía Blanca”, resalta Jorge.
¿Cuántos empleados tiene la empresa hoy?
“Damos empleo directo a 100 personas, es el número que está en relación de dependencia y generamos otros 50 empleos en forma indirecta como comisionistas o quienes nos hacen trabajos de mantenimiento y demás. Además de las sucursales en distintos puntos hay otras oficinas que están tercerizadas, pero en esos casos siempre alguno de nosotros está bien cerca porque lo que buscamos es que el servicio sea diferencial y que el cliente sepa que nos encargamos de cada detalle de su operatoria”.
Los Andrade reconocen que luego de tantos años y de atravesar distintas situaciones muy complicadas, la pandemia significó un desafío mayúsculo. “Fue realmente muy difícil, sobre todo por los choferes que en algunos lugares ni siquiera los dejaban bajar al baño, era una incertidumbre total el día a día”, señalan y, en ese sentido, hacen mención a las herramientas de apoyo financiero que otorgó el Banco de La Pampa en esas circunstancias.
“Con el banco tenemos la mejor relación, la empresa tiene la cuenta número 50 así que viene desde hace mucho tiempo porque incluso nuestro abuelo fue accionista del Pampa. Y creo que eso de darle una mano al emprendedor es también lo que hacemos nosotros, porque a quien monta un negocio o una minipyme y necesita traslados u otras cosas siempre tratamos de darle un respaldo distinto”, apuntan los hermanos antes de subirse a ese Ford T que tantos kilómetros recorrió y que hoy es testigo privilegiado de una firma con corazón bien pampero. Como el asado que al mediodía de hoy estará humeando a la espera de unos cuantos comensales.
NOTA – Suplemento EMPRENDEDORES – Diario LA ARENA – Sábado 30 Abril 2022